Si algo han demostrado nuestros crespillos DeAlcázar desde 1981 es su capacidad de adaptarse a cualquier momento y lugar. Nos acompañan almorzando en casa tranquilamente, en la playa después de darnos un buen baño o incluso porque no, acompañandolos con un buen refresco o cerveza en nuestro bar favorito.
En su aventura, los crespillos se han encontrado con un hueco en el mundo de la hostelería, y que mejor para añadir color a la clásica panera que nuestra delicia naranja que le dará a la mesa un toque diferente y sabroso.
A la par los crespillos se pueden ofrecer con alguna crema de untar para servir previo a la comida o cena, seguro que los clientes agradecerán este pequeño gran detalle.